SIP condena ataque y amenazas contra dos medios de comunicación en Ecuador
La Sociedad Interamericana de Prensa condenó el ataque a tiros contra el canal de televisión RTS, así como las amenazas al director del diario Extra, Galo Martínez Leisker
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó este viernes el ataque a tiros contra el canal de televisión RTS, de Ecuador, así como las amenazas al director del diario Extra, Galo Martínez Leisker, del país suramericano, acciones que según la entidad «buscan amedrentar la actividad del periodismo».
En un comunicado, el presidente de la SIP, Jorge Canahuati, y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la misma entidad, Carlos Jornet, señalaron que «estos hechos de violencia buscan amedrentar la actividad periodística y provocar autocensura informativa».
De acuerdo con la SIP, dos sujetos que circulaban en una motocicleta fueron captados por cámaras de seguridad cuando disparaban en la madrugada de este viernes contra la puerta de acceso al canal RTS, en la ciudad de Guayaquil.
Los autores del atentado, añade, también dejaron enfrente del canal televisivo un panfleto firmado por «La Nueva Generación», en aparente alusión a uno de los carteles de narcotráfico de México.
En los panfletos se leían amenazas de muerte contra el director de Extra y contra los vendedores del periódico, además de «prohibir» su venta en Guayaquil y en las ciudades de Esmeraldas, Machala y Cuenca, detalla el comunicado.
Canahuati, presidente de Grupo Opsa, de Honduras, y Jornet, director periodístico del diario La Voz del Interior, Argentina, agregaron que en los últimos días la SIP recibió denuncias sobre «el intimidante incremento» de la presencia de carteles mexicanos del narcotráfico en la provincia ecuatoriana de Guayas, y «la inseguridad que padecen los periodistas en esa zona del país».
Los directivos de la SIP subrayaron que, tal como establece la Declaración de Chapultepec, decálogo sobre principios de libertad de expresión y de prensa en una democracia, «las presiones, la intimidación, la violencia de cualquier tipo y la impunidad de los agresores, coartan severamente la libertad de expresión y de prensa».
La organización, que tiene su sede en Miami, Florida, llamó a las autoridades a investigar con celeridad estos actos de violencia para identificar y juzgar a los responsables.