El nepotismo tomó carta de naturalización en Morena, Congreso y Gobierno de Oaxaca; parientes, en cargos públicos: Redes
En Oaxaca, el partido Morena cambió el discurso en menos de dos años. En ese lapso, y con la llegada del gobierno de Salomón Jara, el nepotismo ha tomado carta de naturalización en todas las actividades y ámbitos de la vida pública del estado.
El martes 26 de noviembre, el Congreso local aprobó la incorporación de Jimena Yamil Arroyo como diputada local, quien rindió protesta en la sesión ordinaria de la Sexagésima Sexta Legislatura.
Sin embargo, lo que ha generado controversia no es solo el nombramiento en sí, sino el contexto en el que se da: su llegada es resultado directo de la solicitud de licencia de su tía, Liz Arroyo, quien decidió separarse temporalmente del cargo.
Esta situación ha despertado críticas sobre el uso de los cargos públicos como patrimonio familiar dentro del partido Morena, el Congreso y el Gobierno de Oaxaca.
Y aunque en la sustitución de Liz Arroyo por su sobrina sigue los procedimientos legales establecidos, el fondo del asunto trasciende por el cumplimiento formal de las normas.
Este relevo evidencia una práctica recurrente de Morena en la política estatal nacional: el nepotismo, donde los cargos públicos son ocupados por familiares, lo que refuerza la percepción de un manejo patrimonialista del poder.
En este tema, Morena, el partido que había prometido erradicar las deleznables prácticas del viejo régimen, se enfrenta ahora a cuestionamientos por normalizar estos movimientos internos.
No obstante, ésta no es la primera vez que algo similar ocurre en esta 66 Legislatura de Oaxaca. Hace dos semanas, el diputado Sergio López Sánchez también solicitó licencia, dejando el puesto a su hermano, Israel López Sánchez.
En las redes sociales, en X más que en Facebook, un día sí y el otro también, también se critica acremente al gobernador Salomón Jara por permitir que sus hermanos, Noé y Amador, hagan política o negocios a la sombra del mandatario, o al amparo del Gobierno de Oaxaca, en tanto que en las nóminas de las diversas dependencias estatales se agregue a la parentela con altos sueldos y sin trabajar.
Estos casos ponen en evidencia una dinámica que privilegia intereses familiares por encima de los méritos o la representación genuina de los ciudadanos. Esto ha encendido el debate en redes sociales sobre si Morena está realmente cumpliendo con sus principios de no corrupción, porque colocar a familiares en los cargos públicos o permitir que parientes obtengan beneficios económicos y políticos por su cercanía con el poder, también es corrupción.
Los casos de los diputados Sergio López Sánchez y Liz Arroyo han alimentado el debate y acres críticas en las redes sociales, pues algunos sectores consideran que su licencia solo es una estrategia para mantener el control político dentro de la misma familia, mientras siguen influyendo en la agenda del partido.
Así, el nepotismo y el manejo patrimonialista de los cargos públicos en Morena en el Congreso local y el gobierno de Oaxaca vuelven a estar en el centro del debate, cuestionando la coherencia entre el discurso del partido y sus acciones reales en el ejercicio del poder.
Y a pesar de la reciente advertencia de la presidenta Sheinbaum, en el sentido de que los integrantes de Morena debían de desterrar el nepotismo en el ejercicio público, los diputados morenistas de la 66 Legislatura oaxaqueña avalaron el nombramiento de Fernando Jara Soto, sobrino del gobernador Salomón Jara Cruz, como coordinador de Servicios Parlamentarios, confirmando así que la presente administración estatal pasará a la historia como la que dio carta de naturalización al nepotismo en la vida pública de Oaxaca.