
Con presupuestos récord, gobierno de Salomón Jara fracasa: tres años sin generar un solo empleo formal
En tres años de gobierno, la administración de Salomón Jara ha recibido presupuestos federales históricos, pero sin traducirlos en beneficios para la economía y los oaxaqueños. Y pese al discurso oficial de transformación y desarrollo, en Oaxaca no ha generado un solo empleo formal nuevo en todo su sexenio, según cifras del IMSS e INEGI.
Lejos de consolidar una recuperación tras la pandemia, la administración estatal ha permitido el deterioro del mercado laboral. Desde 2023 hasta octubre de 2025, los datos oficiales muestran que Oaxaca perdió más de 7,000 empleos formales, colocándose entre las cinco entidades con peores resultados del país.
El retroceso es aún más grave si se considera el contexto nacional. Mientras México acumuló más de 550,000 empleos creados en 2025, Oaxaca registró una contracción del 3.1% en sus plazas formales, lo que equivale a unos 25,000 puestos perdidos sobre un total estatal de 800,000 asegurados.
La caída del empleo refleja también el cierre de empresas, especialmente micro y pequeñas, que no resistieron la inflación ni la falta de apoyo local. Aunque el IMSS no detalla cifras estatales, los patrones registrados disminuyeron 2.3% a nivel nacional, tendencia que Oaxaca reproduce con una pérdida sostenida de unidades productivas.
El año 2023 había cerrado con un modesto crecimiento del 3.8%, y 2024 logró apenas un avance de 1.8%. Sin embargo, el balance de 2025 borró cualquier ganancia anterior. Los datos confirman que el actual gobierno no solo estancó la economía, sino que revirtió la recuperación alcanzada tras la pandemia.
A diferencia de otros estados del sur como Hidalgo o Estado de México, que mantienen crecimiento en el empleo formal, Oaxaca se hunde en el rezago. La informalidad —que afecta a más del 64% de la población ocupada— agrava la precariedad y reduce la recaudación estatal, perpetuando un círculo de pobreza estructural.
El fracaso económico de Jara resulta aún más preocupante ante los recursos sin precedentes transferidos por la Federación. En lugar de convertirse en palanca de desarrollo, los fondos públicos se diluyeron sin impacto en la generación de empleo ni en la diversificación productiva del estado.
A ello se suma la falta de proyectos industriales o turísticos de largo plazo. La inversión pública se ha concentrado en gasto corriente y programas sociales, sin generar cadenas de valor ni oportunidades laborales sostenibles para las familias oaxaqueñas.
Los datos del IMSS y el INEGI desmienten el optimismo oficial. En tres años, el gobierno estatal no ha creado condiciones para atraer capital, ni ha impulsado sectores estratégicos. La consecuencia es clara: más pobreza, menos empresas y una fuerza laboral atrapada en la informalidad.
Si algo evidencia el balance laboral 2023-2025, es que, como en otros rubros, la llamada “Primavera oaxaqueña” no floreció en empleos. Con miles de plazas perdidas y una economía en retroceso, Salomón Jara pasará a la historia como el gobernador que, pese a presupuestos récord, no generó un solo empleo digno “para su pueblo”.

