
Excarcelan a mandos policiales de Oaxaca presos por masacre de Nochixtlán; llevarán proceso en libertad
La jueza de distrito Patricia Guadalupe Juárez Hernández ordenó la liberación de Juan Peralta Alavez, comandante del grupo de reacción inmediata de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y de Carlos Guerrero Romero, comandante del segundo agrupamiento de la extinta Policía Federal. Ambos estaban detenidos por su presunta responsabilidad en la masacre ocurrida el 19 de junio de 2016 en Asunción Nochixtlán. La decisión se dio tras la concesión de un amparo que permitió el cambio de medida cautelar de prisión preventiva a presentación periódica ante la autoridad.
La resolución judicial, que se cumplió este lunes por la noche, la basó en el análisis de las constancias presentadas en el amparo, promovido por los abogados Horacio David Cruz Hernández, Jorge Rodolfo Osorio Martínez y Diana Hernández Vásquez. Como resultado, los comandantes salieron en libertad del penal federal de Mengolí de Morelos, ubicado en Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca. La liberación generó reacciones en diversos sectores, dado el impacto social y político del caso.
Los hechos se remontan al 19 de junio de 2016, cuando maestros de la Sección XXII de la CNTE y pobladores de Asunción Nochixtlán bloquearon la carretera de cuota 135-D, que conecta a Oaxaca con Puebla y la Ciudad de México. Esta protesta fue en respuesta a la detención, el 12 de junio, de dos líderes magisteriales: Rubén Núñez Ginés, secretario general, y Francisco Villalobos Ricárdez, secretario de organización. La aprehensión de ambos líderes provocó una ola de bloqueos en 37 puntos estratégicos del estado.
En ese contexto, la mañana del 19 de junio, las corporaciones estatales y federales implementaron un operativo para despejar la carretera en Nochixtlán. Participaron 400 policías federales, 400 policías estatales y 50 elementos de la Policía Federal. El objetivo era restablecer la circulación vehicular en la zona, afectada desde días atrás. Sin embargo, el operativo derivó en un enfrentamiento con los manifestantes.
De acuerdo con los reportes oficiales, la policía logró inicialmente replegar a los manifestantes, quienes respondieron lanzando piedras y cohetes. A medida que el conflicto escalaba, más habitantes se sumaron al enfrentamiento. La situación culminó con el uso de armas de fuego por parte de las autoridades, dejando un saldo trágico de 8 personas fallecidas, 103 lesionados y 46 afectados por gases lacrimógenos, entre ellos 35 menores de edad.
Los enfrentamientos no se limitaron a Nochixtlán. En San Pablo Huitzo y Trinidad de Viguera, otros dos civiles fueron atacados con armas de fuego, resultando en una víctima mortal. Este episodio marcó un punto crítico en el conflicto social en Oaxaca, siendo uno de los enfrentamientos más violentos registrados en el contexto de las protestas magisteriales.
A raíz de estos hechos, se iniciaron investigaciones que llevaron a procesos judiciales contra tres comandantes de corporaciones estatales y federales. La liberación de Peralta Alavez y Guerrero Romero reaviva el debate sobre la justicia en casos relacionados con el uso de la fuerza pública y la responsabilidad de los mandos operativos en operativos polémicos como el de Nochixtlán.