EU listo para “otros escenarios” si la diplomacia falla en Ucrania: Biden a Putin

EU listo para “otros escenarios” si la diplomacia falla en Ucrania: Biden a Putin

Washington evacua al personal no esencial de su Embajada en Kiev. Macron dice al presidente ruso que el diálogo “sincero” no es compatible con la escalada

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Los presidentes de Estados Unidos y Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron, respectivamente, han mantenido este sábado sendas conversaciones telefónicas con el presidente ruso Vladímir Putin en plena tensión global por la acumulación de sus tropas en la frontera con Ucrania. Los líderes han hablado entre advertencias de los servicios de inteligencia de una inminente invasión y de preocupantes gestos como la orden dada por el Departamento de Estado de Estados Unidos de evacuar inmediatamente a los empleados no esenciales de su Embajada en Kiev.

Washington ya había pedido el pasado viernes a sus ciudadanos que abandonaran Ucrania en un plazo máximo de 48 horas. Los últimos esfuerzos por tomar la vía diplomática para la salida de la crisis, de momento, no parecen haberse traducido en una desescalada de la tensión.

El anuncio de evacuación del Departamento de Estado llegó pocas horas antes de que Biden descolgara el teléfono, pasadas las 17.00, hora peninsular española, para tratar durante 62 minutos la crisis con su homólogo ruso.

Al término de la reunión, la Casa Blanca ha enviado un comunicado en el que asegura que Biden ha sido “claro”: “Si Rusia emprende una nueva invasión de Ucrania, Estados Unidos, junto con sus aliados y socios, responderá de manera decisiva e impondrá sanciones rápidas y severas a Rusia”. También, que Estados Unidos ”está igualmente preparado para otros escenarios” si la diplomacia falla.

Antes, este había llamado a Macron, con quien se vio esta semana en Moscú para intentar rebajar la tensión en una reunión que resultó fallida. Han hablado durante una hora y media. El presidente francés ha advertido al líder ruso de que “el diálogo sincero no es compatible con la escalada” militar, según informó el Elíseo en un comunicado.

El Kremlin, por su parte, ha definido la conversación como un “profundo intercambio de puntos de vista sobre las garantías jurídicas a largo plazo para la seguridad de la Federación de Rusia y sobre cómo superar el estancamiento en las negociaciones del conflicto interno ucranio”.

En una charla con periodistas, fuentes del Elíseo han añadido que Macron le ha recalcado “claramente” a Putin el “apego” de Francia por la “seguridad y soberanía” de Ucrania, así como “su determinación a reaccionar si decidiera [lanzar] una operación militar”.

También han indicado que Francia no ve en las palabras de Putin “indicios de que vaya a pasar a la ofensiva”. Macron ha reiterado, con todo, que habrá que “verificar esas intenciones” y que permanece “extremadamente vigilante a las variaciones de la postura rusa, para prevenir lo peor”.

Putin había pedido que la llamada con Washington tuviera lugar el próximo lunes, según desveló un funcionario de la Casa Blanca, donde esa petición fue interpretada como un intento de ganar tiempo. Biden, que cambió sus planes de fin de semana, de su casa familiar en Wilmington (Delaware) a la residencia oficial de Camp David, prefirió, según las citadas fuentes, que la conversación se celebrara este sábado, ante la aceleración de los acontecimientos. Es la tercera vez en dos meses que ambos mandatarios mantienen contactos por esta vía.

Por la mañana, el Departamento de Estado había publicado un comunicado en su página de advertencias de viaje (bajo el disuasorio título Nivel 4: No viajar) en el que pide “la salida de la mayoría de los empleados estadounidenses contratados directamente por la Embajada de Kiev debido a la continua amenaza de una acción militar rusa”.

También anuncia la suspensión de los servicios consulares desde este domingo. “Los ciudadanos estadounidenses no deberían viajar a Ucrania, y aquellos que se encuentren allí deben partir inmediatamente empleando medios de transporte comerciales y privados”.

Washington mantendrá una pequeña presencia consular en Leópolis, en la parte occidental de Ucrania, destinada a atender emergencias de los ciudadanos estadounidenses. No podrá, con todo, expedir pasaportes o visados. Además, unos 150 efectivos de la Guardia Nacional de Florida, desplazados para entrenar a las fuerzas locales, han iniciado su salida del país, según informó la agencia Reuters.

España, el Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Estonia, Letonia, Países Bajos, Japón y Corea del Sur han adoptado decisiones parecidas en las últimas horas, mientras que Alemania, que ha adoptado estas semanas un tono decididamente más bajo que sus aliados, ha instado a sus ciudadanos a abandonar Ucrania si su estancia en el país no es obligatoria.

Su ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, ha asegurado este sábado en El Cairo que mantendrá abierta la Embajada en Kiev. También, que reducirá el personal en la legación, así como en otros organismos alemanes establecidos en el país.

Moscú, por su parte, ha reaccionado con la retirada de parte de su personal diplomático de la capital ucrania. Con un escueto comunicado, el Kremlin ha anunciado que “está optimizando” su plantilla y que “continúa trabajando con normalidad”.

En otro intento de atajar la escalada, el secretario de Estado, Antony Blinken, ha hablado este sábado con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, para forzar una retirada de las fuerzas terrestres, marítimas y aéreas desplegadas en tres puntos distintos a las puertas de Ucrania. Blinken, que se ha reafirmado en las sospechas de la inminencia de una invasión, ha apostado por una salida diplomática a una de las mayores amenazas que ha vivido Europa desde el final de la Guerra Fría.

Según Moscú, la llamada fue a iniciativa de Washington y el jefe de la diplomacia rusa incidió una vez más en sus exigencias: el fin de la expansión hacia el Este de la OTAN y el compromiso de que no desplegarán tropas cerca de sus fronteras. Lavrov ha afirmado, además, que Estados Unidos y sus aliados han emprendido “una campaña de propaganda sobre la agresión rusa contra Ucrania que busca objetivos provocadores y anima a las autoridades de Kiev a sabotear los acuerdos de Minsk y a intentar resolver por la fuerza, y de manera nefasta, el problema del Donbás”, región separatista prorrusa en guerra desde hace ocho años con el ejército ucranio.

Por si la tensión fuera poca, el Ministerio de Defensa ruso ha asegurado este sábado que se produjo un nuevo incidente con las fuerzas armadas estadounidenses. Según su versión, un submarino nuclear norteamericano de clase Virginia habría entrado en una zona de ejercicios de su flota junto a las islas Kuriles. Moscú alega que una fragata le hizo alejarse “a toda velocidad” tras “utilizar “los medios apropiados”. El Gobierno ruso afirma que el incidente tuvo lugar en sus aguas territoriales y ha convocado al agregado militar estadounidense para exigirle explicaciones, aunque no concretó el lugar exacto del suceso. Varias de esas islas están en disputa con Japón.

El pasado viernes, el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, insistió en que no está claro que la decisión sobre el ataque esté tomada en Moscú, aunque aseguró que el despliegue de fuerzas rusas ha aumentado tanto en los últimos días que “hay una posibilidad muy concreta de una acción en cualquier momento”, incluido “un asalto rápido” a Kiev.

La inteligencia estadounidense venía manejando la información de que Putin esperaría al final de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín (20 de febrero), para no importunar a China, un aliado crucial, pero los continuos movimientos de tropas han provocado la revisión de esos planes. Sullivan compareció desde la Casa Blanca poco después de una teleconferencia organizada por Biden con líderes de la Unión Europea y de países miembros de la OTAN, que expresaron su preocupación por el refuerzo militar ruso y repitieron los mensajes de las semanas previas. Todos están por una “salida diplomática”, y si esta no llegara, están dispuestos a imponer severas sanciones al Kremlin.

Estados Unidos ha descartado repetidamente enviar tropas a Ucrania, pero ha aumentado su presencia en los países miembros de la OTAN en Europa del Este. El Pentágono ordenó el viernes el envío de 3.000 soldados más a Polonia. Hasta que comenzó la crisis, la Embajada estadounidense en Kiev era la tercera misión diplomática más grande en suelo europeo, y contaba con 181 empleados del Departamento de Estado y de más de una docena de agencias, así como unos 560 empleados ucranios.

Uno de los principales motivos de preocupación de Occidente es el despliegue ruso en Bielorrusia. Los países bálticos, Estonia, Letonia y Lituania, solicitaron explicaciones a Minsk sobre la amplia presencia militar en su territorio y si esta debía ser notificada bajo lo pactado en el documento de Viena de 2011 de la Organización para Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Según la estadounidense Radio Free Europe, el régimen de Alexandr Lukashenko contestó que no debe esclarecer nada porque parte de las tropas rusas desplegadas no participan en los ejercicios, sino que han sido enviadas para reforzar el flanco sur de Bielorrusia. Es decir, la frontera con Ucrania.

 

Esta nota originalmente se publicó en El País

 

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