Crimen organizado avanza en Oaxaca mientras la Fiscalía sigue sin resultados; violencia llegó a la región del Valle

Crimen organizado avanza en Oaxaca mientras la Fiscalía sigue sin resultados; violencia llegó a la región del Valle

A pesar de los discursos oficiales que presumen una baja en los índices delictivos y de las imágenes del gobernador Salomón Jara posando con el zar de la seguridad nacional, Omar García Harfuch, la realidad en Oaxaca es otra: el crimen organizado avanza sin freno en todas las regiones del estado y ya amenaza la estabilidad de la capital. Mientras tanto, las instituciones encargadas de impartir justicia, particularmente la Fiscalía General del Estado, siguen sin dar resultados concretos para frenar esta ola de violencia.

De acuerdo con fuentes policiales, los recientes asesinatos de alto impacto son consecuencia directa de la expansión territorial de grupos delictivos, que imponen cuotas a empresarios, comerciantes e incluso autoridades municipales. Los que se niegan a pagar son castigados con la muerte. Ante esta situación, la Fiscalía de Oaxaca parece limitarse a observar desde la barrera, sin lograr capturar a los responsables ni frenar la violencia.

Ejecutan a empresario de grúas en Matías Romero tras ser secuestrado, Oaxaca

En tan solo 72 horas, tres ejecuciones violentas han conmocionado a la sociedad oaxaqueña. Estos hechos no sólo reflejan la creciente presencia del crimen organizado, sino también la incapacidad de las autoridades estatales para garantizar la seguridad y el acceso a la justicia. Las investigaciones avanzan lentamente, y en todos los casos el común denominador es la impunidad.

El lunes pasado fue asesinado Anastasio Gutiérrez García, conocido como “Tacho Canasta”, expresidente de Bienes Comunales de Santa Cruz Tagolaba y figura central en los conflictos agrarios de Santo Domingo Tehuantepec. Su cuerpo fue encontrado en una parcela de la sexta sección de Tagolaba, con múltiples impactos de bala y signos de tortura, lo que evidencia una ejecución premeditada.

Aunque agentes de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) adscritos a la Vicefiscalía Regional del Istmo iniciaron diligencias en el lugar, hasta ahora no se ha informado de ningún avance concreto. La Fiscalía repite su protocolo habitual: levantar el cuerpo, emitir comunicados ambiguos y archivar los casos sin responsables. Mientras tanto, la comunidad sigue esperando justicia.

La noche del martes 28 de mayo, Justino R. M., empresario del ramo de grúas en Matías Romero, fue secuestrado por un grupo armado y más tarde hallado sin vida en la carretera federal 185, en jurisdicción de Asunción Ixtaltepec. Su ejecución, que ocurrió a pocas horas del asesinato de “Tacho Canasta”, confirma que la violencia está desatada en el Istmo y que los criminales operan con total libertad.

 

A pesar de que hubo una rápida movilización tras el reporte del secuestro, el resultado fue el mismo: el empresario apareció ejecutado y no hay ninguna persona detenida. La Fiscalía, nuevamente, se limitó a realizar el levantamiento del cuerpo y a iniciar “investigaciones”, cuya efectividad es cuestionada por la ciudadanía que ya no confía en sus promesas.

Este jueves 29 de mayo, la violencia alcanzó los Valles Centrales con el asesinato de un productor de fresa en Ocotlán de Morelos. El crimen ocurrió en plena mañana, a unos metros del CBTIS 150, donde sujetos armados lo acribillaron mientras se encontraba en su camioneta. A pesar de la cercanía con instituciones y zonas transitadas, los atacantes huyeron sin problema alguno.

Las autoridades municipales y estatales acordonaron el área, y la Fiscalía anunció la apertura de otra carpeta de investigación. Sin embargo, como en los otros casos, no hay indicios de que se avance hacia la detención de los responsables. La comunidad agrícola, alarmada por la violencia, cuestiona el silencio y la pasividad de la Fiscalía de Oaxaca, cuya actuación queda muy por debajo de lo que exige la crisis actual de seguridad en el estado.

Ejecutan a productor de fresa en Ocotlán de Morelos, Oaxaca

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