CONTRAFUEGO … «México-EU: economía, no política» por Aurelio Ramos Méndez

Se vale que los dirigentes de la oposición ataquen al gobierno con toda la fobia y aun el odio de que son capaces. Lo que no se vale es que imploren la intervención extranjera, en especial de Estados Unidos, en nuestros asuntos nacionales.

Lo prohíben la Constitución y las leyes, y lo desaconseja la historia.

Por si estos límites fuesen poco, las suplicas de intromisión resultan inútiles ante el nuevo entorno mundial, en particular la patente nueva relación bilateral México-Estados Unidos configurada durante la pandemia.

Expertos en geopolítica sostienen que en las relaciones de nuestro país con el vecino del norte los intereses económicos y comerciales son ahora más poderosos que las tensiones políticas.

Que, si alguna enseñanza les dejó la pandemia a las potencias, en especial EU, es la necesidad de la llamada replicabilidad. O sea, la conveniencia de diversificar sus fuentes de abastecimiento, lo que les ha hecho voltear hacia México.

Se percataron de lo peligroso que resulta poner todos los huevos en una sola canasta, China, y acabaron por darse cuenta de la importancia geoestratégica de nuestro país. 

Se convencieron de que nos necesitan tanto como nosotros los necesitamos a ellos.

Lamentablemente, una caterva de desnacionalizados, entre quienes se cuentan consejeros del INE, senadores, diputados, políticos, periodistas y dirigentes de organizaciones civiles exhiben de manera cada vez más desembozada sus invocaciones al Tío Sam.

Al escucharlos, uno se imagina que están a punto de salir al mundo en busca de otro Maximiliano…

Claman al huésped de la Casa Blanca ¡que intervenga en México, ya, sin demoras, incluso mediante una invasión militar! 

Sus argumentos son delirantes: la situación en nuestros lares representa un enorme riesgo para la potencia, y por lo mismo, es imprescindible no sólo impedir la continuidad de la 4T sino aun derrocar al Presidente López Obrador, que –¡uy, nanita!– ha instaurado una dictadura.

Actúan estos opositores –pobres– como si el gobierno gringo estuviese dominado no por malandrines hostigadores y calculadores sino por zoquetes sin la más remota idea de cómo marcha su vecino del sur.

Da grima que entre los más activos pedigüeños de respaldo gringo destacan consejeros y en particular el presidente del INE, Lorenzo Córdova.

En reunión con empresarios agrupados en The American Society of México, la semana pasada, Córdoba expuso las mentiras que con profusión ha propalado desde cuando la austeridad llegó al servicio público.

Dijo que la reforma electoral –el plan B—es “peligrosísima” y “demencial”. 

Ocultó que en el cogollo de los cambios legales está el interés de moderar el –ese sí, demencial– gasto destinado a elecciones, empezando por los exorbitantes sueldos de él y la alta burocracia de ese instituto.

En los últimos días los opositores han lanzado cohetes al cielo. Festejan declaraciones de agentes de la DEA y políticos de la gusanera de Miami, así como de los comités de asuntos exteriores del Senado y la cámara baja.

Los hizo dichosos un comunicado del Departamento de Estado con lugares comunes sobre la importancia de la democracia, que ellos, en su desesperación, interpretaron como espaldarazo de Joe Biden al INE y el Poder Judicial. Que les dijo a ministros y consejeros: “no están solos”.

Y de plano los puso exultantes a brincar en una pata un artículo del rufianazo Willian Barr, fiscal en tiempos de Trump, según el cual los cárteles mexicanos de las drogas constituyen para los norteamericanos “una amenaza más parecida al Estado Islámico que a las mafias estadunidenses”.

Dijo que “la cabeza de la serpiente del narcotráfico está en México” y que “el principal facilitador de los carteles es el Presidente López Obrador”, quien los protege “invocando constantemente la soberanía de México”.

Todas estas presiones para recomendar combatir el narco en territorio mexicano mediante “una importante presencia de las fuerzas del orden y de inteligencia de los EU, así como capacidades militares selectas”.

Enceguecidos por la ira, los opositores hacen el ridículo. No se percatan de lo ocioso de su ruego, dado el nuevo entorno internacional.

Con la pandemia, la guerra en Ucrania y otros factores, el mundo vio las cadenas de suministros desbaratadas, y caos y encarecimiento en el transporte marítimo.

Las empresas se quedaron no sólo sin autopartes ni chips, sino sin productos terminados fabricados en China. Y muchos gringos sufrieron para conseguir comestibles o una cama en la cual dormir.

De ahí que la palabra de moda hoy es nearshoring, consistente en producir lo más cerca posible del mercado al que van dirigidos los productos, que en este caso es Estados Unidos.

Empresas como Tesla están volteando hacia nuestro país y el gobierno estadunidense sabe que una buena relación bilateral ahora es a otro precio.

Al precio de respetar la independencia, soberanía y autodeterminación de México.

Nuestro gobierno –punto a favor de Marcelo Ebrard– ha hecho una buena lectura de las nuevas circunstancias y ha comprendido que es factible hablarle al vecino con respeto, pero sin miedo y de tú a tú.

En esta nueva coyuntura a los primos del norte no les interesa contaminar con política la relación bilateral.

A final de cuentas y a despecho de la alharaquienta oposición, Amlo no es Castro, Chávez ni Ortega. Lo prueba el manejo responsable y hasta neoliberal de la economía.

Se engañan pues y pierden el tiempo nuestros trasnochados modernos polkos.

BRASAS

¿Cómo está eso de que en Oaxaca, durante el gobierno de Gabino Cué nomás “no caminó” hacia la judicialización el resultado de una auditoria demostrativa de la “desaparición” de 50 millones de pesos?

Y, peor, que la mismísima secretaría de la Contraloría de aquel entonces, Perla Woolrich Fernández, ¡cohonestó durante una década semejante “desaparición”!

El robo al erario –eso y no otra cosa significa el hecho– habría ocurrido en la Secretaría de Desarrollo Rural, durante la gestión de Salomón Jara como titular de esa dependencia.

A decir de Woolrich, el hurto fue descubierto cuando a ella y el contralor del congreso les tocó auditar aquella dependencia.

Afirma que “hubo facturas cercenadas, tachadas, y otras no había nada”.

Y que el monto inicial de 50 millones “no acreditados” –ya no “desaparecidos”– alcanzó al final de aquel gobierno la friolera de 1,200 millones de pesos.

Sobran razones para exigirle a la ahora dirigente del PAN explicaciones sobre su prevaricación. 

Una denuncia del tamaño de la formulada no debe quedarse flotando en el aire como una polilla.

Le corresponde a la excontralora detallarles a los oaxaqueños las razones de la punible indolencia. 

Y porqué hasta ahora, una década después, habla de la “desaparición” como de una travesura infantil o una treta para llevar agua a su molino.

Al gobernador le atañe no demostrar que ha endurecido el cuero en su paso por la política, sino plantarle cara asunto y dar respuesta verosímil a la denuncia.

Si es inocente, no consentir que lo tilden de ladrón sin que la exfuncionaria responda ante las instancias judiciales correspondientes.

La cosa es simple: estamos ante una dirigente política mendaz, que debe responde ante la justicia por su calumnia o el incumplimiento de obligaciones legales, o frente a un gobernador pusilánime capaz de aceptar sin chistar que lo llamen ladrón.

Lo que no cabe es la impunidad de una ni otro.

Es imprescindible remontar la inveterada práctica de la clase política, consistente en usar la mentira como arma arrojadiza o sacarle el cuerpo a la verdad con solo decirse víctima de ataques infundados.

Basta ya de que víctimas y victimarios se lancen cubetadas de lodo y luego, cínicamente, se sienten a esperar que el tiempo cubra el escándalo con un manto de olvido.

¿Habrá en este caso alguna autoridad que tome cartas en el asunto? ¿Tiene algo qué decir el congreso del estado?

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No faltará quien diga que estamos ante un ataque a la libertad de expresión y la prensa independiente.

O que detrás de este pestilente asunto se ve la mano del Presidente López Obrador o algún funcionario de la 4T. Nada de eso.

Estamos ante un pleito entre mafiosos parapetados en el activismo dizque pacifista y el periodismo.

Keith Raniere, jefe de la secta Nxivm –en realidad un cartel dedicado a la trata de personas y la explotación sexual– acusó a un “multimillonario magnate de los medios de comunicación en México” de intentar asesinarlo.

No dio el nombre del magnate, pero fue más obvio que “blanco es y gallina lo pone”.

Indicó que la intención del aludido obedece a que la hija de éste fue líder del cartel referido.

¡Eureka! Se trata del dueño del diario Reforma, Alejandro Junco de la Vega, riguroso fiscalizador de la vida privada de los hijos de otros.

El diario propiedad de este machuchón ha incurrido en grave capitulación ética: ni una palabra ha dicho de este escandalazo.

Raniere, quien cumple condena de 120 años de prisión, aseguró que Junco le dijo que está dispuesto a gastar y hacer lo que sea necesario para encarcelarlo el resto de su vida. “Y probablemente matarme”.

Sería bueno que Reforma nos cuente cómo fue que, a diferencia de Raniere, están en libertad la líder de la banda y el hijo de Carlos Salinas de Gortari, Emiliano, cuyo nombre también flota en el sancocho.

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Duros de moralizar. Así son los ministros, magistrados, jueces y funcionarios de nuestro Poder Judicial.

A juzgar por recientes fallos que favorecen a narcos, empresarios, políticos y funcionarios delincuentes, entre poco y nada ha avanzado en ¡más de 120 años! la depuración de este poder del Estado. 

Esfuerzo inútil el de Ricardo, Enrique y Jesús Flores Magón, quienes en 1900, junto con otros indomeñables periodistas, fundaron Regeneración como un periódico especializado en combatir la corrupción judicial.

Se propusieron -según el editorial del primer número– “denunciar todos aquellos actos de los funcionarios judiciales que no se acomoden a los preceptos de la ley escrita, para que la vergüenza pública haga con ellos la justicia que se merecen”. 

Ya entonces la ley hacía posible exigirles responsabilidades a los jueces, pero en la realidad era una extravagancia que eso ocurriese. Como ahora, reinaba la impunidad.

Los periodistas de Regeneración se propusieron apoyar a litigantes limpios:

“Ayudaremos con todas nuestras fuerzas, y pese a quien le pesare, a todos aquellos que en lugar de recibir justicia de las autoridades judiciales hayan recibido, con mengua del derecho y de la moral, la vergüenza de una derrota injusta”.

Conviene señalar este lamentable fracaso ahora que Yadhira Carrillo ya espera a su cónyuge Juan Collado a las puertas del reclusorio…

Aquellos ejemplares periodistas advirtieron que ventilarían la actuación de las autoridades con aplausos a los actos buenos y ataques para los que hicieren a un lado la verdad y atendiesen únicamente caprichos de los jueces.

Se ufanaron de que, al solo anuncio de Regeneración, algunos sentirían “arder sus iras como el malhechor al solo olfato de la policía”.

Por su audacia aquellos oaxaqueños y sus seguidores sufrieron persecución y cárcel. ¡Lástima! Su sacrificio resultó infructuoso.

RESCOLDOS

¡Profesionalazos, los integrantes del Servicio Profesional Electoral del INE! Muchos renunciaron en forma colectiva. No aguardaron a la entrega-recepción de sus relevos. Iniciaron así la concreción del sabotaje a los comicios de 2024. Saldrán del instituto antes que su jefe y líder moral, Lorenzo Córdova, quien concluirá su periodo el 4 de abril. El nuevo presidente llegará a un INE virtualmente desmantelado… 

Ideólogos y estrategas de la oposición no bajan de esquirol y traidor a Dante Delgado. Le reprochan el que se haya definido con toda claridad y anticipado que Movimiento Ciudadano, con el PRIAN, ni a la esquina. Menos mal que buscan sumar simpatizantes…

A lagrima viva y hasta con pucheros lloró Patricia Mercado el cese del secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo. ¿Hondo afecto y empatía o inconmensurable gratitud por favores políticos recibidos? 

Vientos de fronda soplan a sólo unas horas de la celebración del Dia de la Mujer. En diversas ciudades pero sobre todo la capital del país, este miércoles contingentes de feministas desplegarán toda su furia para dañar negocios privados, y la infraestructura y el patrimonio público. Cuidado…

aurelio.contrafuego@gmail.com

 

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