CONTRAFUEGO … “EU decadente” por Aurelio Ramos Méndez
Se volvería a morir de la vergüenza y la indignación don Vicente Guerrero, si viera la manera cómo algunos de sus descendientes envilecen la consanguinidad y aborrecen el apotegma La Patria es Primero.
También le volvería a dar el patatús a don Vicente Riva Palacio, si constatase cómo algunos de sus parientes han llegado al colaboracionismo más antipatriótico con gobiernos –el estadunidense, por ejemplo– que él combatió fusil en mano.
Valgan estas referencias históricas –en vísperas del aniversario luctuoso de Benito Juárez– para deplorar el efecto que han tenido en la relación México-Estados Unidos las mentiras sobre la administración del Presidente López Obrador propaladas por algunos de nuestros más conspicuos periodistas.
Comunicadores patrañudos entre quienes sobresale Raymundo Riva Palacio, robusto propágulo de un árbol genealógico que ya cumple más de 200 años polinizando nuestra vida pública.
Árbol del cual han brotado vástagos que, a la buena o a la mala, han estado prendidos de la ubre del Estado en los más diversos ámbitos.
Retoño del gobernador de Morelos (1964-70) Emilio Riva Palacio, este columnista boga con fama de experto en la relación bilateral, pero ha difundido más embustes que Pinocho.
Víctima de la picadura de algún raro bicho, sin embargo, el autor de Estrictamente Personal aportó por estos días al debate público, en medio de rudos ataques gringos a México, datos que exhiben la hipocresía estadunidense y la ignorancia o mala fe de nuestra comentocracia.
En una columna titulada Las mafias en Estados Unidos, refirió –con apoyo en diversas fuentes– detalles no desconocidos pero sí poco mencionados con relación a la violencia y la delincuencia allende el Bravo.
Algunos de esos datos, que en la capital estadunidense hay barrios como Anacostia donde “no se atreve a entrar la policía”. Comparado con los cuales –podría decirse– Matamoros parece el Paraíso.
Durante mucho tiempo, “ha existido un acuerdo no escrito entre la autoridad local y los criminales”: a cambio de mantener libre de delitos las zonas residenciales, “Anacostia era de ellos, para todo su negocio de narcomenudeo”. Igualito que en algunas ciudades y regiones de nuestro país.
Por lustros en ese país –afirmó el periodista–, el narcotráfico ha sido utilizado “como una herramienta política y para control social”.
Y, durante años las drogas han entrado a EU por la frontera con México, “subrepticiamente y con la cooperación de agentes aduanales y de migración”. ¡Y uno que tenía por insobornables a esos agentes!
La guerra contra las drogas –refirió– fue lanzada en 1971 con la finalidad de reprimir a los negros y el movimiento antibelicista.
Y, en existe allá un doble lenguaje cuando de combatir al narcotráfico se trata: “los enemigos siempre están fuera y las víctimas adentro”.
Opera una madeja de más de 33 mil pandillas” y en su recuento histórico de multimillonarios, en lo que a capos de la droga se refiere, esa potencia tiene “más estadounidenses que mexicanos”. En la más completa impunidad, debe añadirse.
En 2021 los homicidios dolosos aumentaron 30 por ciento con relación a 2020 y las muertes por sobredosis suman 275 por día.
Nuestro vecino, asimismo, cuenta con “un sistema financiero donde se lava todo” y “se mantienen cinco grandes familias que descienden de la Cosa Nostra, las cuales tienen control en Nueva York, el sur de Nueva Jersey y Filadelfia”. Lindas personas frente a las cuales El Chapo y su parentela son unos angelitos.
Por si todo esto fuese poco, EU “tiene el mercado más grande del mundo de tráfico humano” y “el trabajo forzado se da principalmente en la construcción, servicio doméstico y los sectores de belleza y agrícolas”.
Realizan este tráfico humano “redes criminales domésticas e internacionales”, que pasan a través de los corredores de contrabando, “pagando sobornos a funcionarios” de migración y aduanas.
Además de todo esto, EU es la principal fuente, destino y tránsito para la flora y fauna ilegal en el mundo, y oro extraído ilegalmente pasa por Miami en aviones pequeños, como parte de un mercado más grande de minería ilegal en varios países latinoamericanos.
Y, como cereza en el pastel, “la corrupción en el gobierno está al alza, y las investigaciones han disminuido”.
Frente a esta realidad pergeñada no por algún chairo irredento sino por uno de los más acervos y sistemáticos críticos de la 4T, sorprende que algunos de nuestros más notables analistas y comentaristas celebran babeantes los ataques y acusaciones de políticos gringos a México.
A ninguno se le ha ocurrido decirles que, antes de entrometerse en nuestros asuntos pongan en orden su casa.
El columnista de El Financiero conforma el frondoso ramaje del cual es tallo don Mariano Riva Palacio –nacido en 1803–, alcalde de la capital del país, ministro de Hacienda y de Justicia, diputado, senador, tres veces gobernador mexiquense y candidato presidencial.
El patriarca del clan fue cónyuge de Dolores Guerrero, hija única del insurgente independentista en cuyo honor fue creado el estado de Guerrero.
Cuenta la historia que Mariano y doña Dolores procrearon seis hijos, uno de ellos el notable abogado, político, militar, periodista y escritor Vicente Riva Palacio, quien en 1847, con apenas 15 años de edad, se incorporó a una guerrilla para combatir la invasión norteamericana.
Y que, en 1862, durante la invasión francesa, el también autor de Adiós mamá Carlota organizó una guerrilla para pelear contra los invasores.
Como en todos los linajes, entre los Riva Palacio ha habido de todo, próceres y vividores.
No se sabe, sin embargo, de alguno que llevado por su odio al gobierno de turno haya colaborado como el hijo del ex gobernador morelense con quienes han cometido agresiones históricas, militares, a México.
No merece la clasificación de colaboracionista ni siquiera don Mariano, quien fue abogado –con ética rigurosa, eso sí– de Maximiliano de Habsburgo.
El también director de Eje Central, en cambio, ha sido admirador hasta la exaltación de los Estados Unidos y ha apuntalado por años los intereses del gobierno gringo en la relación con México.
Por ello sonó fuera de tono su columna del pasado martes 14, en la cual bosquejó una potencia en franca putrefacción y decadencia, a cuyos grillos más conservadores sirven, orgullosos, otros famosos periodistas de este lado del Bravo.
La columna de Riva Palacio –las cosas como son–, no modifica empero una acendrada vocación pro estadunidense.
A despecho de los ilustres parientes del comunicador, fue apenas una de cal por las incontables de arena.
BRASAS
En más de la relación México-EU, cabe preguntar ¿en qué planeta vivirá el protagónico propagandista de la derecha, Jorge Ramos, experto en hacer activismo con las herramientas del periodismo?
El conductor de Univisión sostuvo que “no es cierto que México sea ‘más seguro que Estados Unidos’, como dice López Obrador”, y planteó un disparate a guisa de argumento:
“En 2022 hubo 20 mil 200 asesinatos en EU, pero en México hubo 30 mil 968 homicidios dolosos. Y eso que la población en México es menor (132 millones) que la de EU (336 millones)”.
¿Se habrá enterado el laureado líder de opinión de que, precisamente, el tema de las víctimas fatales –los muertos, pues—constituye uno de los puntos de discrepancia entre los gobiernos mexicano y estadunidense con EU respecto al fenómeno de las drogas?
¿Habrá escuchado alguna vez el irrefutable argumento de que en el asunto de las drogas Estados Unidos pone los adictos, que la pasan chévere, y México pone los muertos?
¡Claro que el número de víctimas letales en México es pavoroso! Alrededor de medio millón desde el inicio de la guerra estúpidamente decretada por Felipe Calderón el 11 de diciembre de 2006.
Y si bien el vecino del norte también tiene sus muertos, no existe punto de comparación entre los 120 mil fallecidos por sobredosis, quienes eligieron consumir substancias ilícitas en uso de su libertad y como una opción de vida, y los muertos a plomo en nuestros lares.
Menos aún si se toma en cuenta que entre los centenares de miles de homicidios en México hay decenas de miles de inocentes –muchos niños— víctimas colaterales de la violencia.
La barbarie del narco es una triste herencia de Calderón y su cómplice Genaro García Luna, de la cual tardaremos décadas en salir.
Si el número de muertos por traficar drogas es el indicador de la seguridad, que el famoso conductor televisivo saque a México de ese baile.
Reparemos mejor en los violentísimos barrios de Chicago, Nueva York, Los Ángeles y otras ciudades, impenetrables aun para la brutal y despiada policía gringa.
¡Lástima que Jorge Ramos no se ha enterado de esta pavorosa realidad en sus narices!
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El caso García Luna ha puesto de relieve numerosos aspectos del problema del narcotráfico.
Pero uno de los más obscuros es el concerniente al mayor decomiso de dinero en efectivo de la delincuencia en la historia de México.
Y, como parte de ese asunto, la amenaza del secretario de Trabajo de Felipe Calderón al empresario de origen chino, Zhenli Ye Gon, con aquello de Coopelas o cuello.
En marzo de 2007 el país conoció con azoro el hallazgo de, literalmente, un montón de billetes en una mansión de las Lomas de Chapultepec, en la capital de la República.
En una habitación había 206 millones de dólares, 202 mil euros y 18 millones de pesos.
Empleados de la PGR demoraron una semana en contar billetes.
La casa pertenecía al empresario farmacéutico, Zhenli Ye Gon, quien en julio siguiente fue detenido en Estados Unidos.
Antes, en mayo, aun prófugo, hizo declaraciones de prensa. Denunció chantajes y amenazas de funcionarios y operadores políticos del gobierno y el PAN.
Acusó de manera directa, con nombre y apellidos, a Javier Lozano Alarcón, como quien en nombre del gobierno de Calderón y con intenciones de quitarle su dinero le dijo Coopelas o cuello.
Aseguró que se lo dijo cuando Lozano ya sostenía en sus manos dos maletas repletas de billetes.
La denuncia del inmigrado, a quien en 2003 Vicente Fox le había entregado en propia mano su carta de naturalización como mexicano, fue rápidamente sofocada en los medios.
Resultó inevitable, sin embargo, que la pintoresca expresión hiciera carrera como una de las más intimidantes de la corrupción desde las altas esferas del poder público.
La historia de Ye Gon ha estado oculta en una atmósfera turbia.
Pero el caso García Luna obliga a revisarla, a la luz de la nueva valoración del calderonato.
El fallo unánime de un jurado gringo que acusó de narco y cuatro delitos más al exsecretario de Seguridad Pública le da verosimilitud a los dichos del chino.
Ya no es sólo un rumor que durante aquel sexenio nos gobernó una punta de maleantes.
En 2007 el gobierno de Calderón aseguró que el dinero fue entregado, en tres partes iguales de casi 69 millones de dólares cada una, a la PGR, la secretaría de Salud y el Poder Judicial.
Existen documentos que demuestran la entrega, pero no del uso que se les dio a esos cuantiosísimos recursos.
El dinero fue hallado en la casa del empresario, pero no fue formalmente incautado.
Pasó al fisco porque supuestamente no hubo quien lo reclamara. “Causó abandono en favor del fisco federal”.
Raro, muy raro.
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“Yo no eduque criminales. Así como me conoces me educaron, y así eduque”.
Esto le dijo Emilio Lozoya Thalmann, padre del escurridizo exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, a un periodista amigo suyo, en julio de 2020.
Fue un engaño. Hay abundantes indicios de que el retoño del exsecretario de Energía de Carlos Salinas es un delincuentazo de siete suelas, con escuela desde la cuna.
Las dudas podrían quedar zanjadas en pocas semanas, El juez Gerardo Alarcón ya aceptó como testigos en el caso Odebrecht al salinista padre y al hermano –José Javier– del ex director de Pemex.
Y el abogado del pillazo preso, Alejandro Rojas Pruneda, anticipa que “no van a poder acreditar que el señor Emilio recibió dinero por una actividad ilícita”.
La estrategia de la defensa familiar y legal apunta a que “el señor Emilio”
acumuló una fortuna incalculable gracias a su “alto nivel personal, académico, y laboral”.
Se pretende hacer creer que es inmensamente rico porque es nieto de gobernador e hijo de secretario de Estado, con estudios en las mejores universidades, vecino de las urbanizaciones más ricas del mundo y funcionario en el FMI.
Que tiene colecciones de relojes finos, un inmenso patrimonio inmobiliario en varios puntos del planeta y originales de pintores famosos y cotizados, gracias a su formación académica, su cuna y sus talento.
¡Nos quieren ver la cara de bobos!
Si la vocación de Lozoya Austin es hacer dinero y si ganaba una montaña de oro, ¿qué lo motivó a ser funcionario público con Enrique Peña Nieto? ¿Serían los suculentos sobornos de Odebrecht?
RESCOLDOS
Por segunda ocasión el gobierno de la 4T les ganó a sus adversarios, jugando el juego que estos impusieron y con las reglas que ellos fijaron. Es decir, sacando la gente a la plaza pública. Se volvió a llenar el Zócalo, ahora para conmemorar el aniversario de la expropiación petrolera. ¿Persistirán las partes en pugna en este pulso absurdo, como si las leyes se hicieran en las calles no en el Congreso?
aurelio.contrafuego@gmail.com
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