
Asegura el Arzobispo que sin humildad no hay perdón ni amor
El arzobispo de la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, lamentó que a veces se encuentra a los hermanos necesitados de amor porque no se puede perdonar porque se pierde perdemos la humildad.
Sin embargo, nadie es perfecto, “y no lo soy ni tú tampoco, a diario nos equivocamos y Dios nos sigue amando a pesar de nuestras caídas y miserias Dios no deja de amarnos, para que nosotros nos encontremos con él a pesar de nuestras debilidades y así sentir la paz interior, no dudes de que Dios te ama”.
Afirmó durante la misa dominical en la catedral que se buscan explicaciones a lo que a veces les pasa y no se debe decir que Dios no los ama por lo que les pasa, no se deben engañar porque Dios no los ama, ni cuestionar si tal o cual persona no merece su amor.
Indicó que esto es lo que Dios enseña, Jesucristo dice tantas cosas para que se aprenda a amar, el amor de Dios es infinito, y se debe creer a Dios, porque él es la verdad.
Dijo que se debe dar gracias a la fe porque se nació en una familia cristiana, y Dios dio la capacidad de creer, que no deja de ser un misterio, pero un día lo va a dejar de ser cuando se deje este mundo y se le pueda ver, mientras se es peregrino por este mundo, Dios es un misterio pero se es en quien se cree.
Al cuestionar la figura que se tiene de Dios, pidió compartir lo que cada uno tiene, porque el Padre compartió a su hijo, y se debe aprender a compartir.
“A veces ese Dios providente quiere decir que es providente con el hermano, por eso despréndete sin esperar nada a cambio, ni siquiera esperar las gracias, porque a veces hasta a nosotros se nos olvida dar las gracias, no le decimos gracias Dios porque está en la mesa el pan que me alimenta”, comentó Vázquez Villalobos.
Preguntó cuántas veces Dios ha cuidado de cada uno y protegido y no se le dan las gracias, cuantas veces no ha manifestado su amor, “no damos ni las gracias a los que trabajan con nosotros, por eso debemos ser agradecidos y aprender a vivir del amor, Dios es amor y nosotros somos sus hijos por eso somos llamados a la vivencia del amor, que es la vivencia que nos va a llevar al cielo”.
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