
Generación Z lanza ultimátum a Sheinbaum: liberar estudiantes detenidos o enfrentar nuevas movilizaciones nacionales
La Generación Z lanzó un ultimátum directo a la presidenta Claudia Sheinbaum para liberar a los detenidos de la marcha del 15 de noviembre, advirtiendo nuevas movilizaciones si no hay respuesta antes del 20. Ese mensaje encendió el debate nacional sobre la represión ejercida contra una protesta originalmente pacífica en el Zócalo capitalino.
La manifestación, convocada por jóvenes hartos de la violencia narco y la corrupción, terminó con choques policiales que dejaron ciento veinte heridos, incluidos cien agentes. Además, al menos veinte estudiantes fueron arrestados. Lo que comenzó como un grito ciudadano por un cambio real se convirtió en evidencia preocupante del trato oficial hacia la disidencia juvenil.
Los detenidos, principalmente universitarios de dieciocho a veinticinco años, denunciaron golpizas, gases lacrimógenos y torturas durante su traslado al Reclusorio Norte y Santa Martha Acatitla. Videos virales mostraron a jóvenes sometidos y aterrorizados. Organizaciones de derechos humanos exigieron su liberación inmediata y acusaron al gobierno de violar tratados internacionales, mientras Sheinbaum insistió en priorizar supuestas agresiones policiales.
Para la Generación Z, el plazo de cuarenta y ocho horas simboliza la urgencia de recuperar la confianza en un país donde protestar no deba significar cárcel o muerte. La exigencia no es solo liberar estudiantes, sino frenar una regresión autoritaria evocada por épocas de represión. Redes sociales amplificaron su demanda nacionalmente.
La indignación social creció con rapidez: se organizaron vigilias, activistas y creadores digitales pidieron intervención federal y colectivos prepararon marchas para el veinte de noviembre. Sheinbaum calificó la protesta como “operación opositora”, pero el ultimátum juvenil se lee como llamado democrático: liberar a los estudiantes o enfrentar un despertar generacional decidido a transformar México.

