
Redes sociales acusan a Sheinbaum de un “68 light” por represión a jóvenes de Gen Z en el Zócalo de la CDMX
Usuarios de las redes sociales acusan a la presidenta Claudia Sheinbaum de “repetir en el Zócalo de la CDMX un 68 light” para describir la represión policial del 15 de noviembre de 2025 contra miles de manifestantes, en su mayoría adolescentes y jóvenes de la Generación Z. Aunque por fortuna no hubo muertos —como en la masacre de Tlatelolco de 1968—, sí se reportaron más de 100 heridos, 40 jóvenes detenidos y el uso de gas lacrimógeno, lo que para muchos representa una versión “atenuada” del autoritarismo histórico.
El paralelismo nace del escenario: el Zócalo como epicentro de protesta juvenil contra el poder. En 1968, estudiantes exigían democracia y fueron masacrados por órdenes del gobierno priista. Ayer, 57 años después, la Generación Z marchó por justicia, seguridad y fin a la corrupción, y enfrentó a granaderos que cerraron accesos, lanzaron gases y golpearon a menores de edad.
La expresión “68 light” subraya la diferencia clave: no hubo balas ni tanques, pero sí vallas metálicas, cierre de estaciones del Metro y represión selectiva. Para los internautas, la ausencia de muertes se debe a la transmisión en vivo por TikTok, X, Discord, @webcamsdemexico, TV Azteca y otras televisoras, que disuadió una escalada mayor, no a la voluntad del gobierno.

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Cuentas como @Guiller90041350 destacan la hipocresía: Sheinbaum, quien como candidata condenó la represión del 68, ahora ordena —desde Tabasco— acciones similares contra jóvenes que portaban banderas pirata de One Piece como símbolo de unidad digital, análogo a los volantes del movimiento estudiantil de hace 57 años.
Otro punto de comparación es el contexto internacional. En 1968, México buscaba proyectar orden antes de los Juegos Olímpicos; hoy, el Mundial 2026 (que arranca en siete meses) genera represión similar. Usuarios señalan que el gobierno usa la fuerza para “limpiar” la imagen, repitiendo patrones de control previo a eventos globales.
@DerechaDiarioMX y @revistacodigo21 acusan a la presidenta de minimizar la violencia: mientras sus policías rompían costillas y detenían a menores, ella habló de “manifestación pacífica” y sugirió que la protesta fue “orquestada” por opositores. Esto refuerza la narrativa de un gobierno que reprime y luego deslegitima.

El patrón de represión no es nuevo. @AleEsat recuerda que Sheinbaum, como jefa de Gobierno, usó vallas y gases contra feministas en el #8M. Para muchos, el Zócalo del 15 de noviembre fue la tercera vez que gobiernos de Morena aplica la misma estrategia: cercar, gasear, detener y culpar a los manifestantes.
En redes, “68 light” no solo describe lo ocurrido, sino que advierte: el autoritarismo no desapareció, solo se adaptó a la era digital. Los celulares grabaron cada golpe, y las imágenes se volvieron virales, evitando una masacre pero exponiendo la continuidad del poder represivo.
En resumen, las acusaciones resumen indignación, ironía y memoria histórica. No equipara tragedias, pero señala que el Zócalo sigue siendo testigo de jóvenes enfrentando al Estado, y que la tecnología marca la diferencia entre una masacre y una represión “contenida”.

Si bien el gobierno reporta solo heridos leves y defiende el uso de la fuerza como “proporcional”, las redes insisten: los jóvenes de Gen Z no olvidan el 68, y ayer, en la misma plaza, sintieron su eco.

