
Oaxaca resiente fuerte desplome en remesas provenientes de EEUU y familias pobres enfrentarán el impacto directo
Oaxaca sufrió en agosto de 2025 una caída del 8.3% en el flujo de remesas procedentes de Estados Unidos, lo que representa una pérdida de 29 millones de dólares en comparación con el mismo mes de 2024. Esta contracción afecta directamente a miles de hogares dependientes de esos recursos.
Según estimaciones basadas en la participación histórica de Oaxaca en las remesas nacionales, el estado habría recibido alrededor de 318 millones de dólares en agosto de 2025. En contraste, en agosto de 2024 se captaron 347 millones. El retroceso representa un duro golpe en una entidad con altos niveles de pobreza y marginación.
Las remesas en Oaxaca equivalen al 10.3% del Producto Interno Bruto estatal, el porcentaje más alto entre las entidades del sur, después de Chiapas y Guerrero. La disminución de los envíos afecta principalmente a 200 mil hogares receptores, en su mayoría localizados en zonas rurales y marginadas de la Mixteca y la Sierra Norte.
Estos recursos financian entre el 70 y 80% del consumo familiar en comunidades pobres, por lo que la reducción se reflejará en menor gasto en alimentación, educación y salud. Organismos académicos advierten que la disminución podría provocar un aumento temporal en la pobreza, que ya afecta al 61.9% de la población oaxaqueña.
El impacto no se limita a los hogares, también alcanzará la economía local. Expertos anticipan desaceleración en el comercio minorista y en la agricultura de subsistencia, donde las remesas suelen complementar ingresos. En conjunto, la caída de agosto representa un freno a la dinámica de consumo en uno de los estados más dependientes de este ingreso.
A nivel nacional, las remesas registraron en agosto de 2025 su quinta contracción consecutiva. México recibió 5 mil 578 millones de dólares, un 8.3% menos que en agosto de 2024, de acuerdo con cifras del Banco de México. En el acumulado enero-agosto, el total ascendió a 40 mil 467 millones de dólares.
La reducción de remesas en México obedece a varios factores. El más relevante es la menor inserción laboral de nuevos migrantes en Estados Unidos, especialmente en sectores como construcción y servicios. A ello se suma la desaceleración de la economía estadounidense y mayores presiones inflacionarias, que limitan el capital disponible para enviar.
Otro elemento clave es la política migratoria más estricta en Estados Unidos bajo la administración Trump. El endurecimiento del control fronterizo y la discusión de posibles impuestos a las remesas han generado incertidumbre psicológica entre los migrantes, reduciendo tanto la frecuencia como el monto de los envíos hacia sus familias en México.
La apreciación del peso frente al dólar ha contribuido también al fenómeno. Con un tipo de cambio más fuerte, los dólares enviados tienen menor poder adquisitivo en México, lo que desincentiva envíos mayores. Economistas advierten que esto se traduce en una caída en el valor real percibido por las familias receptoras.
En Oaxaca, pese al crecimiento acumulado de 2 mil 307 millones de dólares entre enero y agosto de 2025, la tendencia a la baja preocupa a especialistas. Las proyecciones indican que, de continuar la contracción, el estado podría cerrar el año con un retroceso cercano al 6%, golpeando su frágil estructura económica.