Graves olvidos
Cómo ve usted que, a estas horas, faltando solamente un rato para que llegue el nuevo año, mejor nombrado como “Año Nuevo”, me doy cuenta de que en la casa NO compramos los “calzones” amarillos o rojos, que “deben estrenarse” justamente en la noche en que se cambia de un año a otro. Tendremos que pagar las consecuencias por tal olvido. Al menos en lo que respecta al DINERO, que hace falta, aunque “el dinero no es la vida, es tan solo vanidad…”. ¿Usted cree tal cosa? Desde luego que, en relación con “el AMOR”, NO habrá problema, pues eso, que SÍ es la vida, lo tenemos asegurado en la familia, pues todos lo compartimos y cuando a uno le falta a otro le sobra y de esa manera se compensa el punto. De cualquier manera, NO es correcto olvidarse de las TRADICIONES de nuestro pueblo, que son las que nos dan identidad, ya sea de MEXICANOS o de OAXAQUEÑOS. Lo que sí es imperdonable es que NO hayamos LLENADO EL TANQUE de gasolina del “vocho”. Las consecuencias serán terribles, pues afectarán directamente el bolsillo. De hecho ya estamos preocupados por el escabroso asunto del AUMENTO de precio de la MAGNA, que es la que nos obligamos a emplear, pues de otra manera, comprando la PREMIUM NO alcanzaría el presupuesto semanal. Y, desde luego, con los nuevos precios, habrá que pensarlo tres veces, antes de salir a carretera en la “carcacha”. Pero, de todos modos, gastaremos más que ahora, pues los precios de los pasajes en autobús o en “colectivo” ya “subieron” y NO hay quien los controle. En nuestro estado NO hay autoridades, ni leyes que se respeten. Cero y van DOS. Hay otros puntos, que más que olvidos, son decisiones que millones de mexicanos tomamos debido a los aumentos de precios en bebidas y comestibles, mientras que los salarios (con mayor razón las pensiones de jubilados) permanecen estáticos, sin aumento de ninguna naturaleza. ¡Lo bueno que ni queríamos! Esta vez ya hicimos a un lado las uvas y la sidra y nos contentaremos con los abrazos al filo de la media noche. El afecto familiar y de los verdaderos amigos, es algo IMPRESCINDIBLE. Un abrazo, un apretón de manos, un BESO, por lo menos en la mejilla, levantan el espíritu de cualquier ser humano. Son fechas, estas de Navidad y Año Nuevo, en las que pueden faltar muchas cosas, como los regalos o el “arbolito” (que tampoco tuvimos este año) el pastel …oiga usted, cómo EXTRAÑAMOS los BUÑUELOS que hacían con sus propias manos, la ABUELA (en su tiempo) y MAMÁ. Desde luego, extrañamos mucho más sus abrazos y bendiciones, pues ya NO están con nosotros para darnos lo más maravilloso de la propia vida. Tampoco está ya, el ABUELO y PAPÁ. A ellos, como a todos nosotros, en su momento, les llegó el tiempo de irse, lo cual es INEVITABLE, INELUDIBLE. Recordemos, como siempre lo hacemos, la poesía, que es FILOSOFÍA profunda: “Nuestras vidas son los ríos, que van a dar a la mar, que es el morir. Allá van los señoríos a se acabar e semorir…”. Hoy entendemos, mejor que en otras fechas, que nos queda lo mejor, LA PROPIA VIDA, que tenemos que VIVIRLA profundamente, haciendo el bien a los demás…SIEMPRE que sea posible.
Opinión de Juventino Gamelí Cruz García