Gobierno de Jara maquilla autobuses viejos y los factura como nuevos para meterlos al servicio del BinniBus

Gobierno de Jara maquilla autobuses viejos y los factura como nuevos para meterlos al servicio del BinniBus

El gobierno de Oaxaca, encabezado por Salomón Jara, presume el sistema BinniBus como una “transformación histórica” del transporte público de la capital. Sin embargo, investigaciones periodísticas revelan que la supuesta modernización es una farsa: muchas unidades Foton presentadas como nuevas datan de 2016 y otras son francamente “chatarra” que fueron recicladas de flotas en Monterrey y Ciudad de México.

Lejos de representar un avance, estos autobuses reacondicionados fueron adquiridos con sobreprecio de hasta dos millones de pesos por unidad (reportados en compra por 2.8 mdp), un gasto desproporcionado que sugiere un probable desvío de recursos públicos. La propaganda oficial habla de eficiencia, pero la realidad muestra corrupción, simulación y desprecio por la transparencia administrativa.

En los patios de maniobras de Oaxaca, se apilan decenas de unidades Foton usadas, provenientes del Estado de México. Sus carrocerías desgastadas y motores fatigados desmienten el discurso gubernamental. Una simple capa de pintura guinda  intenta maquillar años de uso intensivo y fallas mecánicas cotidianas que amenazan la seguridad de los usuarios, como se ha difundido en redes sociales.

En su momento, el gobernador Jara presentó con entusiasmo 232 unidades “nuevas” y 43 “rescatadas”, pero los reportes indican que son modelos obsoletos con antecedentes de explosiones, con motores viejos y defectos técnicos graves. No se trata de un error, sino de una estrategia de engaño sistemático que pone en evidencia la corrupción institucional.

Fotografías difundidas en redes sociales muestran estos autobuses deteriorados estacionados en espera de ser “modernizados”. Cada imagen desmiente la narrativa oficial y confirma cómo el gobierno convierte chatarra en oro presupuestal. El dinero destinado a mejorar rutas podría estar financiando una monumental estafa disfrazada de progreso.

Concesionarios inconformes denuncian haber sido desplazados sin diálogo. Prometieron autobuses Volvo nuevos, pero entregaron unidades Foton recicladas y sobrevaluadas. La estatización del transporte, bajo el argumento de modernización, favorece intereses políticos y crea un monopolio estatal que elimina la competencia y la libertad económica.

Mientras tanto, los usuarios enfrentan rutas saturadas, fallas constantes y unidades que no cumplen con las normas de accesibilidad. Las rampas para discapacitados son escasas y en ocasiones defectuosas. La supuesta “revolución del transporte” se traduce en un retroceso operativo, donde la seguridad y el bienestar ciudadano son secundarios.

El caso BinniBus refleja la esencia del gobierno de Jara: clientelismo, propaganda y despilfarro. Con licitaciones opacas y subsidios disfrazados, la administración celebra cifras infladas mientras evade la rendición de cuentas. Oaxaca no necesita pintura guinda sobre chatarra, sino un sistema digno, eficiente y verdaderamente público.

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