CONTRAFUEGO … “PAN, a punto de la extinción” por Aurelio Ramos Méndez
Podrán las siglas de PAN mantenerse en algunos muros y boletas electorales, y los líderes de este partido recibir aún prebendas y tajadas de presupuesto público; pero, en términos de peso político, este instituto está acabado, reducido a la misma ínfima dimensión de su compañero de sepultura, el PRD.
Con apenas un puñado de militantes en Aguascalientes y otras entidades, el blanquiazul no el PRI ha sido el mayor y más claro perdedor con la desintegración, de hecho, de la alianza Va por México.
Tras la formación de dicho amasijo de membretes, fue considerado el principal partido de la oposición. Y aun hoy se mantiene como reducto de la derecha, aunque en patente decadencia, y –como en el tango— arrastrando “la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser”.
Desde junio de 2021 el PAN exhibió su raquitismo. Emergió de la elección intermedia como el segundo partido con mayor número de votos, mas sus militantes sumaban sólo 270 mil 799; es decir, 0.28 por ciento del padrón nacional.
Eso significaba que el octogenario partido se ubicaba a dos centésimas de perder su registro, pues de acuerdo con la legislación vigente conservarlo requería de no menos de 0.28 por ciento.
Estaba entonces a un paso del precipicio… Habría que ver si ver si ya lo dio.
Sin el PRI como ingrediente del puchero, el partido fundado por Manuel Gómez Morin se halla ante un negro horizonte.
Es sólo marginal en el Estado de México, la entidad para efectos electorales y en términos cuantitativos más importante del país.
Y en Aguascalientes, donde es gobierno, está partido en dos bloques, uno, comandado por el gobernador saliente, Martín Orozco, y el senador Antonio Martín del Campo, y el otro por la nueva mandataria, Teresa Jiménez, y el dirigente Marko Cortés.
En Durango, donde fue desplazado del gobierno al concluir su gestión José Rosas Aispuro, formalmente seguirá en el poder, mas ahora como parte de la cuadrilla que sostendrá al priista Esteban Villegas.
Un PAN desvencijado gobierna en Chihuahua, pagos donde saca chispas el pleito entre el exmandatario Javier Corral y la actual gobernadora María Eugenia Campos.
En Querétaro, ocupa el Ejecutivo con Mauricio Kuri, quien sin ser militante y por efecto de la indigencia de cuadros ha sido incluso ¡coordinador de bancada senatorial del panismo!
En Tamaulipas, con el fin del mandato de Francisco García Cabeza de Vaca –en la mira de la FGR–, dejará el poder en manos de Morena.
Tal como sucederá, dentro de una semana, en Quintana Roo, donde gobierna en bola con el PRD y otros puntales del inminente embajador en Canadá, Carlos Joaquín González.
En Yucatán, bajo las siglas del PAN manda Mauricio Vila, decidido defensor de las obras emblemáticas de la 4T, en especial el Tren Maya, y quien en opinión del Presidente es asimismo una de las más bruñidas corcholatas del blanquiazul para 2024.
En aquella entidad peninsular, dicho sea de paso, este viernes fue conmemorado el 45 aniversario luctuoso del líder histórico del panismo, Víctor Manuel Correa Rachó, a quien sus correligionarios tienen por víctima de un descomunal fraude en la elección de gobernador, en 1969, a manos del PRI y su candidato Carlos Loret de Mola Médiz.
Sobra decir –ironías de la vida y la política—que aquel periodista y gobernador verdugo político de Correa Rachó, fue abuelo del periodista y activista de la derecha, el conductor estrella de Latinus, Carlos Loret de Mola Álvarez.
En Aguascalientes, su enclave más importante a escala nacional, el panismo conforma dos bandos cuyos jefes se han acusado de todo. De mentirosos, rajones y antidemocráticos, propensos al amiguismo, colaboracionistas de la 4T e ineficientes.
“¡Mientes, @MartinOrozcoAgs! No le hagas el juego a @lopezobrador”, acusó Cortés al mandatario, después de que éste lo llamase “¡rajón!” por haber violado su palabra en la selección de abanderado a gobernador.
“Ganamos en Aguascalientes en 2019 y 2021, no por ti, sino a pesar de ti”, agregó el dirigente nacional.
“El problema es el partido y la estrategia no funciona. Marko, tus cuates no te lo dirán”, le espetó Orozco, tras pedirle que “por dignidad” renuncie a su puesto, y recriminarle que escucha sólo a sus amigos.
En los comicios de junio pasado en seis estados –le dijo además Orozco a Marko– el PAN se llevó “una chinga” por la ineptitud de su dirigencia.
La alianza maquinada y controlada por Claudio X. González y Gustavo de Hoyos naufragó por las acrobacias de Alejandro Alito Moreno para respaldar la adscripción de la Guardia Nacional a la Sedena y caer parado en la 4T.
Jugada ésta tras la cual Cortés reaccionó aturdido y desconsolado.
Anunció primero la suspensión de la coalición y luego su “definitivo” rompimiento, sólo para acotar después su repudio a Alito no al priismo, rogando al cielo que la fritanga de siglas se mantenga al menos en los estados.
En el jaloneo panistas y perredistas enseñaron el cobre. Cubrieron de lodo al dirigente priista, sin explicarle al respetable la razón de sus propios malabares.
Alito –quien puede negarlo– es un pillazo. Reconocido antes aun de que Layda Sansores lo bosquejara con una docena de audios incriminadores.
Pero el perfil delictivo del dirigente del PRI fue develado por completo cuando era aguerrido aliado del PAN y PRD, y los líderes de estas formaciones lo acogieron amorosamente, como uno de los suyos, y hasta interpretaron los audios como “¡persecución política!” y “¡ataque a la oposición!”.
“Tocan a uno y nos tocan a todos”, llegó a decir, sacando el pecho, el perredista Luis Espinoza.
Alito ahora es el perro del mal y la oposición –mala temporada para la democracia– virtualmente ya no existe.
BRASAS
Informa TIEMPOdigital.mx que en lo que va del año se han realizado en Oaxaca ¡700 movilizaciones sociales!, que han afectado de diversas maneras a centenares de miles de personas.
El problema no es nuevo. Data cuando menos de inicios de los años 80, lo que –sin exageración– eleva a millones el número personas afectadas, incluidas quienes en algún momento han sido carne de mitin.
Lo que ocurrió el pasado miércoles en San Agustín de las Juntas, donde pobladores echaron con palos, piedras y hasta balazos a manifestantes, no es el primer caso de este tipo, pero indica la gravedad que ha adquirido este fenómeno social.
Durante cuatro décadas han sido bloqueadas calles, carreteras, aeropuertos, comercios, universidades, dependencias públicas, templos y hasta regiones completas…
Con el consecuente daño económico y al costo incluso de numerosas vidas humanas.
La situación obliga a hacer un alto para reflexionar sobre este asunto.
Para preguntarse si le conviene al país y a Oaxaca desperdiciar tiempo y dinero en atender estas manifestaciones de descontento, la mayor parte inspiradas por la politiquería.
Y, si no está saliendo peor el remedio que la enfermedad, más caro el costo del activismo que los problemas que busca resolver.
Los bloqueos se han realizado por lo más diversos motivos.
En protesta, sí, por la desatención de las infinitas carencias, marginación y rezago sociales.
Y por la corrupción y el incumplimiento de compromisos y acuerdos en los tres órdenes de gobierno, estatal, federal y municipal.
La mayor parte, sin embargo, se ha hecho con fines de golpeteo y zancadilleo entre políticos de todo pelambre. Políticos a quienes vox populi identifica plenamente.
Por esta vía el activismo social ha llegado a constituir una próspera industria. Un negociazo herencia de los sucesivos gobiernos estatales.
Pero –todo hay que decirlo—, también es resultado de la indolencia de una sociedad que ha tolerado este estado de cosas y ha consentido a políticos se semejante ralea.
Atemperar las protestas constituye un inaplazable desafío, un miura duro de lidiar para Salomón Jara, uno de los más visibles inspiradores del activismo social en el estado que ahora le tocará gobernar.
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Que nadie ose acusar al Presidente López Obrador de incumplir sus compromisos de campaña. Ofreció amnistía para delincuentes y las cárceles siguen vaciándose.
En el marco de las Fiestas Patrias el tabasqueño imitó a Hidalgo y abrió las rejas del Reclusorio Norte de la Ciudad de México para dejar en libertad a Jorge Luis Lavalle Maury.
Se trata del senador del PAN único detenido como resultado de las delaciones del exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, relativas a que dinero de la empresa Odebrecht se destinó al pago de sobornos a diputados y senadores de ese partido.
Sobornos que aceitaron la maquinaria para la aprobación de la reforma energética en 2013.
Lavalle Maury estuvo un año en prisión. Le salió barata de acusación por gruesos delitos que la ley, sin embargo, no considera graves: cohecho, asociación delictuosa y lavado de dinero.
El tortuguismo de la FGR ha puesto lejos del brazo de la justicia a otros exlegisladores involucrados en el mismo caso, entre ellos Ernesto Cordero, Ricardo Anaya, Salvador Vega Casillas, Francisco García Cabeza de Vaca, Francisco Domínguez.
Lavalle disfruta de su libertad y su inmensa fortuna, sin más incomodidades que la portación de un brazalete electrónico mediante el cual las autoridades supuestamente siguen sus pasos.
Ya son legión los políticos, empresarios y exfuncionarios que han librado la cárcel –“¡Viva México! ¡Muera la corrupción!”– pese a haber ejecutado gran parte del catálogo de delitos contenidos en el Código Penal.
De modo llano, eso se llama impunidad, y se disfraza con toda clase de eufemismos: amnistía, perdón, indulgencia, exoneración.
A la luz de esta realidad, cuando los malquerientes de Amlo e desgañiten gritando que la 4T apapacha a delincuentes y les da abrazos, no balazos, tendrán que reparar en el nutrido contingente de sus miembros beneficiados por la prevaricación.
RESCOLDOS
Ver para creer. El ex guerrillero de la Liga comunista 23 de septiembre, Jesús Zambrano, interviniente en el episodio que desembocó en la muerte del ícono del empresariado, Eugenio Garza Sada, es ahora el más fiel aliado de las fuerzas coligadas en Va por México. Traicionó al comunismo y la izquierda, pero acabó como “un traidor muy leal” con la derecha…
Felipe Calderón difundió en las redes imágenes de la ceremonia del Grito que encabezó en 2010. “¡Felices Fiestas Patrias! Les comparto el recuerdo de un momento muy importante para mí y muy grato”, escribió en Twitter. Más tardó en escribir su mensaje que en recibir copiosas respuestas. Internautas le recordaron que el 15 de septiembre de 2012, en el Zócalo de la capital del país, atronó el grito: “¡Asesino, asesino, asesino!”. Ni modo. Su pasado lo condena…
El mundo del revés. Sin que nadie lo acuse de castrochavista, el gobierno de Alemania anunció la expropiación de la petrolera rusa Rosnef y sus tres refinerías, que procesan 12 por ciento del crudo alemán. ¿La razón? “Peligra la producción de refinados” debido a la propiedad rusa de esa compañía. Y el gobierno “comunista” de Rusia protestó porque la incautación “viola todos los principios fundamentales de la economía de mercado…”
aurelio.contrafuego@gmail.com
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