
Buscan detectar cáncer de mama con la saliva
Publicada el [insert_php] the_time(“d-m-Y (H:i:s)”, $time); [/insert_php]
El físico mexicano, Miguel José Yacaman trabaja con la Universidad de San Luis Potosí en la toma de muestras de saliva entre estudiantes y mujeres de comunidades indígenas para detectar cáncer de mama, incluyendo la etapa de la neoplasia.
Yacaman, director del programa Centro Internacional para Nanotecnología y Materiales Avanzados (Icnam, por su sigla en inglés), de la Universidad de Texas, explicó que basta con la saliva contenida en un hisopo y de nanopartículas de plata para detectar la presencia de moléculas de ácido siálico, un indicador clave de que la persona tiene cáncer.
“Hemos ya realizado más de 200 pruebas, algunas fueron a mujeres ya diagnosticadas con cáncer y otras más a mujeres que no tienen o que en ese entonces desconocían que tenían cáncer. El resultado es que a través de nuestra técnica, en la que usamos como agente la saliva, es posible hacer diagnósticos en zonas rurales y lejanas, donde no hay hospitales ni acceso a estudios clínicos”, señaló.
Para los pobres
En el foro Cáncer: Lo bueno, lo nuevo y lo revolucionario, organizado por Grupo MILENIO, Yacaman explicó que aunque el mundo se enfrenta a una revolución científica y tecnológica acelerada, los sectores marginales siguen siendo excluidos del acceso a terapias y diagnósticos de última generación, así como a la tecnología de vanguardia.
“Nosotros diseñamos un equipo de nanotecnología que cuesta 100 mil pesos, pero las muestras de toma de saliva y el diagnostico que se obtiene en tan solo un minuto no pasaran de un dólar; la idea es llevarla a comunidades rurales a tan solo tres pesos”.
Por ello, Yacaman y su equipo sometieron dicha tecnología al registro de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y de la Food and Drug Administration (FDA), de EU, como medida eficiente para diagnosticar el cáncer de mama.
En el foro participaron también Mariana Chávez Mc Gregor, profesora adjunta en el departamento de mama en la división de prevención de la Universidad de Texas; Horacio Astudillo, director científico de Nanopharmacia Diagnóstica; Jorge Soto, director de tecnología de Miroculus, y Pedro Lucero, coordinador académico del departamento de Inmunooncología del Centro de Investigación en Cáncer de Sonora Campus Ciudad Obregón.
Estudios de bajo costo
Los especialistas dieron a conocer algunos de los proyectos en los que están involucrados en torno al cáncer, en particular, Soto informó sobre el trabajo que realiza con el Instituto Nacional de Cancerología (Incan) para detectar cáncer de estómago con una toma de sangre de un mililitro.
Soto refirió que están realizando una plataforma capaz de detectar biomarcadores que regulan los genes de cáncer y lo importante es que en 2018 la gente podrá acceder a estudios genéticos de detección de marcadores cancerígenos a costos accesibles, que no sobrepasarán los 50 pesos.
Los equipos se secuenciación en la actualidad cuestan alrededor de 1 millón de dólares y los estudios resultan incosteables para los sectores más vulnerables.
“Analizamos las moléculas de microRNA obtenidas de una muestra de sangre y las comparamos con las presentes en diversos tipos de cáncer. Estamos abriendo nuevas vías para el diagnóstico molecular del cáncer de una manera fácil, rápida y accesible”, señaló.
Por ello, en la empresa que dirige se ha dado a la tarea de diseñar un equipo portátil que podrán usar los médicos de primer nivel para detectar cáncer; en tanto, los pacientes tendrán la opción de conocer sus estructura molecular usando sus smartphones.
Pedro Lucero Díaz, investigador en inmunooncología del Centro de Investigación de Cáncer en Sonora, habló del desarrollo de terapias contra los cánceres más frecuentes, como es de colon, próstata, mama, cervicouterino y melanoma.
Horacio Astudillo de la Vega detalló su trabajo basado en detectar el componente genético del cáncer con una toma de sangre de cinco mililitros, asimismo, de la forma en la que han sustituido las biopsias quirúrgicas tradicionales al aislar el ADN de los tumorales malignos e identificar hasta 16 mil alteraciones a efecto de otorgar tratamientos adecuados.
Los participantes que trabajan en el extranjero explicaron que salieron de México como parte de su desarrollo profesional. Lamentaron el recorte a ciencia y tecnología, lo que hace evidente el poco apoyo a la investigación.
Con información de: Milenio