
Abusos policiales en Oaxaca: estudiantes y deportistas víctimas de golpizas sin castigo ni supervisión oficial
En Oaxaca, los abusos policiales contra la ciudadanía se han incrementado de manera alarmante, en medio de una evidente falta de supervisión por parte de las autoridades estatales y municipales. Jóvenes estudiantes y deportistas han sido víctimas de detenciones arbitrarias, golpizas y montajes policiales que permanecen en la impunidad.
El caso más reciente ocurrió en Ánimas Trujano, donde estudiantes de la Preparatoria Lázaro Cárdenas del Río fueron detenidos y golpeados por policías municipales mientras realizaban una colecta pública para el albergue “Rufino Tamayo”. Los agentes borraron la información de sus celulares y los acusaron, sin pruebas, de ser “porros”.
Cristian Miguel, estudiante y morador del albergue, relató que la actividad buscaba recaudar fondos porque el espacio no recibe apoyo oficial. “Nuestro albergue es la única opción para jóvenes de escasos recursos que llegan a estudiar. No es justo que nos repriman y golpeen”, denunció el joven.
La dirigente estudiantil Anahí Martínez acusó directamente al regidor de Seguridad, Liborio Cruz Mendoza, de ordenar la agresión. Advirtió que estas acciones buscan frenar la organización estudiantil y atentan contra el derecho a una educación digna. Hasta ahora, las autoridades municipales no han dado ninguna explicación pública sobre lo sucedido.
En Santa María Coyotepec se registró otro grave abuso. Carlos Manuel Santiago Villar, deportista de alto rendimiento, fue brutalmente golpeado por policías estatales cuando regresaba de un supermercado. Su pareja, Emily Barrera, narró que una camioneta lo persiguió hasta interceptarlo; los agentes lo esposaron, lo golpearon con una pistola y lo amenazaron.
El joven fue trasladado entre cuarteles sin permitirle comunicarse con su familia y obligado a firmar un documento falso que aseguraba que “derrapó” y recibió “auxilio”. La agresión estuvo encabezada por el comandante Gerardo López Sosa, quien buscó encubrir el abuso con un montaje policial a todas luces evidente.
Este patrón de violencia refleja un problema estructural: la falta de supervisión de las policías municipales y estatales en Oaxaca, así como la omisión de la Secretaría de Gobierno para exigir cuentas a los responsables. Sin sanciones ejemplares, la ciudadanía seguirá enfrentando abusos de autoridad que vulneran derechos fundamentales.