
Renuncia Noé Jara Cruz, hermano del gobernador: se agrieta el poder morenista en #Oaxaca entre nepotismo y descontento ciudadano
Noé Jara Cruz, hermano del gobernador Salomón Jara, renunció este 7 de noviembre al cargo de secretario de Gobierno del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, cargo que ocupaba desde el inicio de la administración de Raymundo Chagoya. La salida coincide con el proceso de revocación de mandato de su hermano, en medio de críticas por nepotismo que, como nunca, se da en la “transformación” morenista. Esta dimisión, la primera en el cabildo, expone fisuras en un gobierno qué se comprometió a ser austero y equitativo.
Jara Cruz defendió su designación como legítima, argumentando autonomía entre niveles estatal y municipal, y resaltó su trayectoria política previa. Insistió en que su renuncia es personal, motivada por “virtudes propias”, no por presiones externas. Sin embargo, tales justificaciones suenan huecas ante el linaje familiar que domina un sin número de puestos públicos, cuestionando la meritocracia en Oaxaca.
El escándalo familiar de los Jara Cruz es rampante: nepotismo evidente con parientes en Infonavit (renuncia por presiones), secretarías y cargos clave, desde la hija del gobernador hasta tíos en fideicomisos. Acusaciones de desvío de recursos y corrupción salpican a Salomón y Noé, transformando la “primavera oaxaqueña” en un feudo dinástico que contradice los ideales de Morena.
En el Ayuntamiento, Noé Jara enfrentó señalamientos por tráfico de influencias en licitaciones y manejo opaco de fondos para obras como la Ciudad Administrativa Municipal, impulsada con una deuda inicial de 400 millones de pesos y que se elevará hasta mil 800 millones, en “paguitos” durante 20 años, pese a carencias en servicios básicos. Estos manejos irregulares, denunciados por opositores, erosionan la confianza ciudadana en un cabildo ya marcado por impugnaciones electorales.
La renuncia de Noé Jara coadyuva a mejorar la imagen de la administración Chagoya, quien designó al hermano del gobernador como aliado clave pese a los riesgos de percepción nepotista. Prometida como “renovada y paritaria”, la gestión municipal ahora luce hipócrita: deudas crecientes y escándalos familiares manchan ejes como seguridad y bienestar, alienando a votantes que esperaban un cambio real.
No obstante, esa salida no resuelve el cáncer del nepotismo jarista; al contrario, acelera el desgaste de Morena en Oaxaca. Chagoya debe reestructurar su gabinete con transparencia o arriesgarse a un revocatorio prematuro. La ciudadanía, harta de dinastías disfrazadas de transformación, demanda rendición de cuentas antes de que el descontento estalle en urnas y calles.

